PRESERVACIÓN
DE LA FERTILIDAD
El tejido puede estar congelado entre 15 y 20 años, pero la duración del implante, que se realiza por laparoscopia y con anestesia epidural, tiene una efectividad garantizada de unos cinco años.
Esta técnica se desaconseja en los casos de leucemia por el peligro de reintroducir células malignas en el organismo de la paciente.
Esta metodología requiere que la mujer reciba previamente unas dosis elevadas de estrógenos para que así se induzca la maduración de varios óvulos en los ovarios. La administración de estrógenos puede estar claramente desaconsejada en tumores como el cáncer de mama ya que también puede estimular el crecimiento del tumor.
No
todos los fármacos citotóxicos tienen el mismo potencial de destruir la función
de los ovarios, y este hecho también depende mucho de la edad de la mujer.
Cuanto más cercana está la edad de la menopausia más posibilidades hay de que
un tratamiento quimioterápico adelante la misma.
Cuando la radioterapia se administra sobre la
pelvis, y la zona de los ovarios caen dentro del campo de irradiación,
también ocasiona esterilidad, prácticamente en la totalidad de los casos.
Otros tratamientos, como los hormonales utilizados
en el cáncer de mama (antiestrógenos y análogos de la enzima LHRH) también dan
lugar a la anulación de la función ovárica, temporal o definitiva.
Cuando una mujer joven, que todavía desea tener
descendencia propia, se tiene que tratar con alguno de estos tratamientos, debe
de ser informada sobre las posibilidades de que este deseo no pueda verse
cumplido.
Se calcula que en España se diagnostican al año
1.000 nuevos casos de cáncer en menores de 14 años. Los avances terapéuticos y
diagnósticos han logrado que el 75% de los tumores infantiles sean curables;
sin embargo los tratamientos utilizados pueden provocar algunas secuelas
importantes a largo plazo, como es el caso de la infertilidad, que puede
afectar al 25%-30% de los casos en ambos sexos. Se calcula, por ejemplo, que un
42% de las mujeres jóvenes que han recibido quimioterapia y/o radioterapia
desarrollan un fracaso precoz de la función ovárica antes de cumplir los 30
años.
¿Existen medidas para preservar la fertilidad en
las mujeres jóvenes sometidas a tratamiento oncológico?
Debemos ante todo tener en cuenta los siguientes
aspectos:
El tipo de tumor que necesita ser tratado. Es posible que no sea
conveniente demorar el inicio del mismo para dar tiempo a realizar los
procedimientos enfocados a conservar la fertilidad. Este sería el caso de
tumores agresivos que precisan de la puesta en marcha con urgencia de las
medidas terapéuticas necesarias. Por ejemplo, los tumores hematológicos
(leucemias agudas, linfomas de alto grado) o los tumores sólidos de crecimiento
rápido.
El tipo de tumor en el que sea perjudicial el
procedimiento de preservación de la fertilidad. Un ejemplo es el cáncer de mama
hormonodependiente.
La edad de la paciente.
El rango de edad del programa de preservación de la
fertilidad en mujeres que se van a someter a terapias contra el cáncer se sitúa
entre los 11 y los 39 años; con una edad media de 32 años para las que tienen
un cáncer de mama y de 24 en la enfermedad de Hodgkin.
Recientemente han salido en la prensa noticias
acerca de nuevas estrategias para preservar la capacidad reproductora de las
mujeres sometidas a tratamientos oncológicos:
1. Congelación de tejido ovárico en niñas.
En el año 2006 hubo un caso de una mujer de 31 años
que recibió un autotransplante de tejido ovárico propio, previamente extraído y
congelado, cuando le fue diagnosticada una enfermedad tumoral. Desde entonces
esta técnica se ha utilizado en más de 200 pacientes en todo el mundo. El
Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona fue pionero de la misma, desde finales
de los años noventa. Actualmente el Hospital Peset de Valencia es uno de los
centros más acreditados para realizarla en España.
El tejido puede estar congelado entre 15 y 20 años, pero la duración del implante, que se realiza por laparoscopia y con anestesia epidural, tiene una efectividad garantizada de unos cinco años.
Esta técnica se desaconseja en los casos de leucemia por el peligro de reintroducir células malignas en el organismo de la paciente.
2. Congelación o vitrificación de óvulos.
Esta metodología requiere que la mujer reciba previamente unas dosis elevadas de estrógenos para que así se induzca la maduración de varios óvulos en los ovarios. La administración de estrógenos puede estar claramente desaconsejada en tumores como el cáncer de mama ya que también puede estimular el crecimiento del tumor.
3. Congelación de embriones ya fecundados.
Se trata de una técnica frecuente que precisa de la presencia de una pareja estable y también de un proceso de hiperestimulación ovárica. Además, tíene el inconveniente de que se plantea el dilema ético sobre qué hacer con los embriones congelados que no se utilicen.
Se trata de una técnica frecuente que precisa de la presencia de una pareja estable y también de un proceso de hiperestimulación ovárica. Además, tíene el inconveniente de que se plantea el dilema ético sobre qué hacer con los embriones congelados que no se utilicen.
4. Maduración de óvulos en el
laboratorio.
Es una nueva técnica experimental desarrollada por
científicos de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido). Los investigadores
tomaron muestras de tejido ovárico de seis mujeres que dieron a luz por cesárea
y las cultivaron en el laboratorio durante seis días hasta que los óvulos inmaduros
comenzaron a crecer. Posteriormente, estos oocitos que se estaban desarrollando
en los folículos fueron de nuevo cultivados individualmente, esta vez
añadiéndoles ciertos factores de crecimiento capaces de simular lo que
ocurriría en realidad en los ovarios. Hasta ahora esta metodología no se ha
aplicado en la clínica, ya que no se han concluido los ensayos clínicos.
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